
¿Por qué es importante tener contraseñas fuertes?
La mayoría de las contraseñas que usamos cada día pueden ser fácilmente descubiertas por ciberdelincuentes. Por eso, es fundamental que tus claves sean lo suficientemente complejas y difíciles de descifrar, para que quienes intenten vulnerarlas opten por otros objetivos menos protegidos.
En términos simples: si una contraseña te resulta fácil de recordar, probablemente también sea sencilla de adivinar para alguien con malas intenciones. Al mismo tiempo, se nos exige que las contraseñas sean largas, únicas y complicadas, lo que puede hacer que sean difíciles de memorizar.
Un atacante que utiliza software especializado necesitará más tiempo y recursos para romper una contraseña robusta. Por esa razón, los criminales digitales suelen buscar accesos rápidos y sin complicaciones.
¿Cuáles son las principales debilidades de nuestras contraseñas?
Las contraseñas pueden filtrarse por múltiples razones, como brechas de seguridad en empresas que no las almacenan correctamente. También somos vulnerables a estafas como el phishing y otros métodos de manipulación.
Uno de los mayores problemas es la forma en que los usuarios gestionan sus contraseñas:
- Usan claves débiles o fáciles de adivinar.
- Las repiten en distintos sitios web.
- Las almacenan de forma insegura (por ejemplo, en notas adhesivas o en aplicaciones no seguras).
- Las olvidan con frecuencia y deben restablecerse mediante enlaces que también pueden ser interceptados si el correo se ve comprometido
¿Qué diferencia a una contraseña segura de una débil?
Una contraseña se considera segura cuando tiene al menos entre 12 y 15 caracteres y combina:
- Letras mayúsculas y minúsculas
- Números
- Caracteres especiales (!, @, #, etc.)
- Espacios
- Caracteres con tildes o acentos (si el sistema lo permite)
- Una estructura impredecible
Una buena estrategia es usar frases completas fáciles de recordar, combinadas con errores intencionales, símbolos y variaciones personales.
Por el contrario, una contraseña débil suele ser corta, común y basada en información fácil de adivinar como nombres, fechas importantes, el nombre de una mascota o un equipo favorito, junto a combinaciones simples como «123» o «111». También se deben evitar patrones populares del teclado como “qwerty”.
¿Qué es un gestor de contraseñas y cómo funciona?
Debido a la cantidad de cuentas que manejamos hoy en día, recordar todas las contraseñas fuertes puede ser muy difícil. Por eso, se recomienda usar un gestor de contraseñas.
Estos programas almacenan tus credenciales en una base de datos cifrada. Solo debes recordar una contraseña maestra, y el gestor se encargará del resto. Algunas funciones adicionales incluyen:
- Generar contraseñas seguras automáticamente
- Sincronizar tus claves entre diferentes dispositivos
- Rellenar automáticamente formularios de acceso
- Usar el modelo de «conocimiento cero», donde ni siquiera el proveedor del servicio puede ver tus datos
Ejemplos de gestores de contraseñas incluyen LastPass y 1Password.
¿Cuáles son los beneficios de usar un gestor de contraseñas?
Los gestores ofrecen múltiples ventajas:
- Facilitan el cumplimiento de políticas de seguridad, sin comprometer la usabilidad.
- Ayudan a crear y guardar contraseñas únicas para cada cuenta.
- Permiten compartir el acceso a cuentas sin revelar la clave.
- Guardan y completan automáticamente los datos de acceso en tus dispositivos.
¿Qué es la autenticación de dos o múltiples factores (2FA/MFA)?
Este tipo de autenticación añade una capa adicional de protección al requerir más de una forma de verificación para iniciar sesión. Generalmente, combina:
- Tu contraseña habitual
- Un código temporal (enviado por mensaje o generado por una app)
- Una tarjeta física, clave USB o identificación biométrica (huella, rostro, etc.)
¿Qué se espera del futuro en materia de contraseñas?
A pesar de los riesgos, las contraseñas siguen siendo el método más utilizado. Esto se debe, en parte, a la falta de consenso entre empresas sobre una alternativa universal y a la resistencia al cambio.
Sin embargo, hay soluciones emergentes:
- Autenticación biométrica (huellas, rostro, voz)
- Verificación mediante dispositivos móviles
- Infraestructura de clave pública (PKI)
- Autenticación con llaves físicas o tokens
Aunque aún enfrentan desafíos técnicos, económicos y de privacidad, estas alternativas representan pasos importantes hacia un entorno digital más seguro. Con el desarrollo de tecnologías como la computación cuántica, es probable que el uso de contraseñas tradicionales desaparezca gradualmente.